Apalabrados

martes, 26 de febrero de 2013

Eufemismos en política


En los últimos días he encontrado, en esa gran fuente de información de nuestro tiempo que es Twitter, dos noticias muy parecidas entre sí que me han llamado mucho la atención. Eran las siguientes:

“El gobierno cambiará el término ‘imputado’ para intentar frenar el desgaste judicial del PP”


“La PAH contesta a la prohibición de Cospedal de usar la palabra ‘desahucio’”


En la primera noticia se habla de la intención del Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, de modificar la ley para que el término “imputado” se sustituya por “encausado” o “investigado”. Según se explica en la noticia, Gallardón considera que, dado los múltiples casos de corrupción relacionados con el Partido Popular en los últimos meses, este término se ha convertido casi en un lastre para ellos, incluso condenando al fracaso algunas carreras políticas. Esta palabra (según la RAE: Dicho de una persona: contra quien se dirige un proceso penal) ha sido utilizada en otras ocasiones por el Partido Popular como arma arrojadiza contra la oposición, dicho sea de paso.

En la segunda noticia se habla de la orden de la Consejería de Vivienda de Castilla la Mancha de omitir la palabra “desahucio” en las informaciones que se hacen llegar a las familias inmersas en este proceso. Se habla de la necesidad de sustituir el término “desahucio” por otros, según la Junta, “menos contundentes”, como “desalojo”, “alzamiento” o “pérdida o privación de su vivienda”. Desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca se ha respondido a la Junta que “prohibir el uso de una palabra no elimina la realidad”.

En política todo esto no es nuevo. Tácticas como el evitar según qué términos, o simplemente el uso de una palabra  o de otra según sus connotaciones, las vemos prácticamente a diario en las noticias. La lista de eufemismos es interminable: todos recordamos aquella “desaceleración” de Rodríguez Zapatero que más tarde se convirtió en la crisis en la que estamos inmersos; todos podemos reconocer en los “ajustes” y “reformas” de los que nos habla el actual gobierno los recortes que estamos sufriendo; y todos sabemos (o deberíamos saber) que "externalizar" no significa otra cosa más que privatizar. Sin embargo, estas dos medidas quizá son, nunca mejor dicho, palabras mayores. Ya no se trata de usar en un discurso una palabra por otra: estamos hablando de eliminar, de prohibir el uso (en el contexto al que se refiere) de ciertas palabras que resultan incómodas. De implantar por obligación en la sociedad otros términos, con otras connotaciones. ¿Cabe eso en un Estado que presume de libertad de expresión? ¿Desaparece el “crimen”, o el desahucio, si se le llama “privación de la vivienda”? No desaparece, desde luego, pero quizá se mira con otros ojos. Quizá alguien encuentre otros argumentos para defender el mismo hecho gracias a una nueva definición. ¿Realmente funcionan estas tácticas? Me atrevo a decir que sí. Y quienes las planean lo saben. Si (ejemplo) Iñaki Urdangarín dejara de estar “imputado” en la trama Nóos, y pasara a estar “investigado”, en todos los telediarios, en todos los periódicos y radios, durante todos los días… Al final, para la mente colectiva, acabaría siendo, efectivamente, una persona “investigada”. Con todas las connotaciones positivas que esto acarrea (la palabra nos sugiere alguien en quien se ha puesto el punto de mira para conseguir resolver un caso, puede ser culpable o inocente: sólo forma parte de la investigación. De la RAE: investigar: 1. Hacer diligencias para descubrir algo).

 Sirva este artículo para denunciar la manipulación política a la que se somete a la gente a través del lenguaje, mediante acciones que a priori pueden parecer inocentes, como la sustitución de un término por otro “casi sinónimo”. De no tener el lenguaje tanto poder, ningún ministro perdería el tiempo en modificar leyes, ni ninguna Consejería en mandar cartas, a causa de “una simple palabra”.


Un saludo,
Belén



RAE:
Desahuciar
1.       Tr. Quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea.
2.       Tr. Dicho de un médico: Admitir que un enfermo no tiene posibilidad de curación.
3.       Tr. Dicho de un dueño o de un arrendador: despedir al inquilino o arrendatario mediante una acción legal.

sábado, 23 de febrero de 2013

Más allá de las palabras: decisiones, políticos y mentiras.

El miércoles pasado se lanzó al mercado la edición española de la revista GRAZIA para aflicción de los que llevan años augurando la desaparición del papel y de la prensa impresa. Y muy pronto, estos llamados "gurús del periodismo" tendrán otro disgusto cuando vean en el quiosco la edición española de la revista Forbes, que verá la luz el próximo mes de marzo.

GRAZIA España y GRAZIA Corea del Sur son los nuevos miembros de la familia de esta publicación emblemática en países como Italia. Y ahora, que ya os he contextualizado un poco (por si os quedan dudas, GRAZIA no me ha pagado ni me ha sobornado con un pase VIP a Cibeles para que os hable de ella) os explico por qué, en un blog de pragmática del lenguaje, os hablo de esta revista.

En un intento de hacer periodismo easy-chic, según ellos mismos dicen en su primer número, GRAZIA cuenta con la colaboración de periodistas de cierto renombre e influencia en las redes sociales. Es el caso de Mónica Carrillo, presentadora de noticias de Antena3 que cuenta con casi 120.000 seguidores en Twitter y que muestra su faceta literaria en tweets que incluyen el hashtag #microcuento.


Mónica Carrillo se inicia como colaboradora de GRAZIA con un artículo de opinión en su segundo número.
El artículo en cuestión se titula "¿Y por qué... importa el lenguaje?".


Como no he encontrado el artículo en su web (supongo que esta es una estrategia de venta, pues este tipo de artículos será lo único que nos pueda ofrecer esta revista de forma exclusiva), os cuento qué nos cuenta en él -valga la redundancia- la chica de las noticias de las 9.

El lenguaje importa porque...

1. Porque las palabras nos definen. 
No elegimos las palabras al azar. Cada elección de una palabra dice algo de nosotros. "Porque el     lenguaje es un juego de seducción", dice Mónica. Y es que no es lo mismo "querer" que "desear" o "fracasar" que "haber perdido".

2. Porque nada es casual. 
"Hemos utilizado el lenguaje por encima de nuestras posibilidades", ironiza la autora. Y es que ella denuncia que hemos incorporado palabras cuando ya existen otras para decir lo mismo: los problemas se han convertido en "problemática". (He de decir que automáticamente después de leer esta frase me vino un dèja vu de nuestras clases de primero de Periodismo. Sí, profe de Lengua española, sigues en mi subconsciente).
Y tampoco es casual que los políticos nos vengan con que "el desempleo sigue la pauta de crecimiento que estaba prevista". ¿Eso es bueno o es malo? ¿Me eshtá ushté diciendo que el paro baja o que sube? ¿O me va a acabar soltando un "is very difficult todo esto"?

3. Porque detrás de las palabras están los gestos. 
Quizás nuestros conocimientos de lenguaje no verbal se queden en ese típico consejo "no cruces las piernas ni los brazos en una entrevista de trabajo porque da la impresión de que no estás receptiva", pero lo cierto es que, si no mentimos, el lenguaje verbal y el no verbal caminan de la mano. Si mentimos, es otro cantar. Así que, para evitar el riesgo de que un experto en lenguaje no verbal venga y nos diga -sin usar polígrafo ni otro chisme digno de programas televisivos en los que se intenta contactar con el más allá- que estamos mintiendo porque nuestros pies miran hacia adentro (sí, a mí me lo han dicho jugando al mentiroso con las cartas), más nos vale ser sinceros.

Feliz finde. Eva. 

miércoles, 13 de febrero de 2013

El poder de las palabras radica en quien sabe usarlas.

Hola, somos alumnas de Periodismo de Unizar.

Día a día, los medios de comunicación nos ofrecen miles, millones de palabras. Pero...¿Sabemos en realidad qué es lo que nos están diciendo?¿Cuál es la intención verdadera de todas esas frases? ¿Comprendemos realmente el poder de las palabras? 

Con todas estas preguntas en la cabeza nace este blog, como un espacio donde analizar, comentar y desentrañar las noticias, artículos de opinión o reportajes que cada día aparecen en la prensa de nuestro país. Durante los próximos meses, esperamos ayudaros a comprender un poco más lo que nos quieren decir realmente los medios de comunicación.




¡Esperamos que disfrutéis!

Adriana, Belén, Eva, Ariadna, Silvia.